jueves, 20 de mayo de 2010

El pequeño Lit y el circo


Érase una familia que trabajaba en el circo. Llevaban el circo en las venas, habían nacido allí. Desde sus tatarabuelos, todos habían compartido el mismo oficio de saltimbanquis. Para ellos, no había otro mundo posible que no fuera el circo. La rutina diaria giraba en torno a él. Amanecía minutos antes de que empezase el ensayo y la consiguiente función. La casa se llenaba de luz, ese era el instante soñado que anunciaba el inicio de su espectáculo, que consistía en saltar y saltar cada vez más alto dando volteretas en el aire, sobrepasando sus propias cabezas siete veces, que digo siete, veinte veces, mientras el público aplaudía frenético.

Era un circo modesto, con un aforo pequeño. A veces, la gente se arrimaba a ellos para ver de cerca su actuación.

El pequeño Lit era feliz saltando todo el rato; sin embargo, había en él un deseo de descubrir el mundo más allá del circo, quería saber qué tal se vivía fuera de él, tener un perro... Y aprovechó la oportunidad aquel día en que se rompió su vieja casa. Se abrió una brecha y, aunque era de noche, se percibía una extraña luz blanquecina de luna asombrada. Dejó a su familia durmiendo plácidamente y, sin volver la vista atrás, saltó fuera de la casa y se posó encima, sobre el tejado, para divisar el camino que habría de tomar. Entonces fue cuando constató su propia realidad. Con grandes letras doradas podía leerse un rótulo sobre el tejado: "pulgas amaestradas propiedad del Circo Andreu". Esperó el primer perro que pasó y se marchó en él, sabiendo que ya nada sería igual y que jamás volvería a aquella vida que dejaba atrás.

4 comentarios:

  1. Sorprendente y precioso cuento.

    Besitos

    ResponderEliminar
  2. bonitos cuentos, volveré a pasar por aquí. saludos.

    ResponderEliminar
  3. Bienvenido, Monty, a este rinconcito de cuentos, vuelve cuando quieras.

    Gracias por tu visita y por tu comentario.

    Besitos

    ResponderEliminar
  4. Gracias, Alís, no me olvido de ti.

    Besitos

    ResponderEliminar

Deja volar tu fantasía...