sábado, 26 de junio de 2010

Julio

Julio era un gusano que vivía en una burbuja desde hacía algún tiempo.

Pasó que un día cayó al mar y vio su vida perdida sin remisión. En cuestión de segundos repasó todos los bellos momentos vividos en su manzana, hasta aquel fatídico día en que apareció en la arena de la playa. Un niño lo había arrojado con todas sus fuerzas, y de su casa ya no quedaba sino un resto de semilla. Había desaparecido su hermosa manzana, toda mordisqueada. Allí en la arena permaneció un tiempo hasta que la marea subió. Entonces, fue devorado por el mar.

En el momento de ser arrastrado por una ola, sopló fuerte y se formó una burbuja. Desde entonces, vivía allí dentro ocioso, ajeno a todo, viendo el mar como un lugar idílico, extraño para él, pero idílico, creyéndose invencible. Sin darse cuenta que un banco de peces se disputaría su almuerzo.

5 comentarios:

  1. Julio, es como todos nosotros, vivimos en nuestro mundo hasta que alguna circunstancia nos lo cambia, una vez que superadas algunas de ellas, tenemos que guardarlas en lugar seguro por que quizás nos hagan falta para los cambios que vengan.

    Un abrazo estrujado Persefóne.

    ResponderEliminar
  2. Pues sí, y no debemos bajar la guardia, hay que estar siempre alerta, que la vida no es fácil.

    Besos de mar.

    ResponderEliminar
  3. Pobre Julio, mal futuro le aguarda. Y es que nunca podemos bajar la guardia, porque siempre hay algún peligro que nos acecha.

    Pensaba en el niño que tiró la manzana, y para él tampoco debió de ser grato encontrar un gusano al comer la manzana. Aunque dicen que aún peor es encontrar medio gusano...

    Besitos

    ResponderEliminar
  4. Encontrarse medio gusano, puaj...!! Pobre niño, ahora me compadezco de él, ¿por qué me has hecho pensar? ¡cómo eres! jajaja.

    Besitos de manzana (sin gusano)

    ResponderEliminar
  5. ¿Que yo te he hecho pensar...? Tú me lo hiciste a mí, jajajaja

    ResponderEliminar

Deja volar tu fantasía...