lunes, 9 de agosto de 2010

Un árbol desde la ventana


Aquel árbol le hablaba desde lejos y le invitaba a contarles secretos. Asomado, silencioso, a la ventana lo veía, majestuoso, llamarlo a voces los días en que el viento lo mecía implacable. Nunca se había fijado en él hasta aquel verano en que una enfermedad le obligaba a permanecer en cama. La casa de su abuela, donde pasaba siempre sus vacaciones escolares, estaba situada en una colina desde donde se divisaba el mar. Pero aquel árbol, ese verano, se había convertido en todo un enigma. Raúl deseaba estar curado para poder salir e ir a su encuentro y contarle innumerables historias.

Ocurrió que llegó el día en que por fin pudo salir a jugar, y lo primero que hizo fue visitar a su árbol. Lo que allí descubrió lo dejó perplejo: el árbol respiraba y cantaba con miles de sones diversos. Una multitud de pájaros anidaban en él y le conferían vida propia. Raúl lo miró sonriente, le habló -los silencios, si no se llenan de palabras, quedan en el limbo de los pensamientos-, y le dio las gracias por haberlo acompañado durante aquellos días de soledad.

6 comentarios:

  1. Los verdaderos compañeros pasan inadvertidos a nuestros ojos hasta que los necesitamos. Entonces los descubrimos. Están ahí, para nosotros, como siempre estuvieron.

    Besitos

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  2. Gracias, amiga, por sacar siempre la moraleja que dejo implícita en los cuentos. No podría tener mejor comentarista ;)

    La necesidad hace que abras los ojos y veas el mundo diferente, y descubras los tesoros que antes pasaron desapercibidos.

    Un besito, princesa

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  3. Precioso cuento... Me hiciste recordar los pinos tan grandes y hermosos que tenía justo enfrente de mi casa cuando era pequeña; la de historias que me contaban cuando los contemplaba desde mi cama... pero lo más bonito era cuando por fin podía salir e ir hasta ellos, entonces me regalaban un montón de piñones que comía con fruición. Dios, ¡cuánto los echo de menos!
    Un abrazo bien grandote con olor a pino...

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  4. Me alegro muchísimo que te haya traído un recuerdo grato de infancia, son los mejores. Te mando besitos.

    Me encanta tu abrazo, hum...!!

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  5. Gracias, Monty. Me alegro saludarte.

    Besos

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